GRAN SAN MIGUEL

Empatados entre el "sí" y el "no" al voto joven

- Levanten la mano los que están de acuerdo.

La profesora Emilce es la que convoca a la primera manifestación de voluntad, a modo de romper el hielo entre los alumnos del cuarto año de la escuela secundaria del sector XIII de Lomas de Tafí, que están recibiendo una clase de apoyo para las trimestrales de Matemáticas. Ante el inminente inicio del debate parlamentario del proyecto kirchnerista para establecer el voto voluntario de los menores de 18 años a partir de que cumplan 16, LA GACETA visitó ese establecimiento para conocer la opinión de quienes serán los protagonistas de esa iniciativa. Pero los jóvenes de entre 15 y 16 años (aunque hay algunos de 14 y hasta uno de 17) muestran una timidez contrastante con el bullicio del recreo.

Se concreta la votación solicitada por la docente y nadie alza un brazo. Pero a no dejarse engañar: el recuento de votos al final de las entrevistas será revelador.

- Yo estoy en desacuerdo -se anima, entonces, Diego (15)-. Creo que no tenemos la capacidad o la responsabilidad para votar. A partir de los 18 años se tiene cierta idea sobre la política. A esta edad, siendo chicos, no sabemos qué clase de personas son los candidatos.

Silencio. Como es que los educadores tanto anhelan y nunca consiguen en el aula.

- Qué opinen las mujeres ahora -grita uno desde costado.

Pero nada. Entonces toma la palabra otro varón.

- Aquí, a lo único que estamos atentos todos es a la joda. Eso es lo que nos interesa. Eso y mil cosas más antes que la política -sentencia Franco (17).

Y ahí es cuando Rocío ya no se aguanta más y tercia en el monólogo masculino crítico de la iniciativa oficial.

- Los chicos de 16 año sí pueden votar: eso les daría más responsabilidad -sentencia la joven de 15 años, que se gana el inmediato y espontáneo respaldo de sus congéneres.

De hecho, las voces femeninas se superponen y una reclama que los preparen para la nueva responsabilidad que proyectan darles.

- Los interesados en que votemos deberían ocuparse de que nos den charlas. Porque de lo contrario, cualquiera viene y te ofrece $ 100 por el voto... -dice Romina (15).

Nadie más, entre los 16 estudiantes, se anima a opinar. Entonces, viene una nueva votación.

- Si todos los que están aquí pudieran votar el año próximo, ¿cuántos irían a votar? -les pregunta LA GACETA.

Y ocho mantienen la postura del minuto uno. Pero otros ocho levantan la mano. Toda una tendencia.


¿Estás de acuerdo con el voto a los 16 años?